Hay varias versiones acerca del origen de los Parachicos, pero en todas figura una mujer llamada María de Angulo, una adinerada española que llegó a Chiapas en búsqueda de una cura para la enfermedad de su pequeño hijo, y fue en Chiapa de Corzo donde los curanderos lograron salvarle la vida.

En agradecimiento ella fue muy generosa y repartió mucho dinero y víveres a la comunidad. Mientras el niño se curaba, los indígenas le bailaban alrededor, usando máscaras para parecer blancos como su madre. Como estas danzas eran “para el chico”, con el dialecto indígena se resumieron a “Parachico”.

El vestuario del Parachico consiste básicamente en: la montera que está hecha con ixtle de maguey; un colorido sarape, gabán o chamarro; un chinchín o sonaja y una máscara de madera elaborada totalmente a mano. Algunos Parachicos también suelen usar bandas con bordados muy llamativos.

En la actualidad esta fiesta se hace en honor a tres Santos: El Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y el más importante, San Sebastián. Es por ello, que la danza del Parachico se considera una ofrenda colectiva, pues durante todo el día van haciendo paradas en diversos templos y casas con imágenes religiosas.

En sí los Parachicos sólo salen 6 días, pero es realmente admirable que bailan con tanta energía y tan coordinados durante todo el día, desde las 9:30 de la mañana hasta 10:00 de la noche. Algunos lo hacen por gusto o tradición, pero muchos otros salen a danzar por verdadera fe y devoción.

El Patrón es el líder de los Parachicos y el encargado de preservar esta gran tradición. Su puesto se hereda y hay un grupo de personas dedicados exclusivamente a protegerlo cuando los Parachicos salen a danzar, algo así como una monarquía y su guardia real, aunque el resto del año es como cualquier otro ciudadano.

Los recorridos siempre empiezan y terminan en la casa del Patrón, ahí llegan los Parachicos desde muy temprano para cambiarse y alistarse, es todo un ritual el que hacen antes de salir. Todos los Parachicos le tienen mucho respeto al Patrón y de hecho, su máscara es única y nadie la puede copiar.

Otra cosa muy peculiar de esta tradición es que la imagen del Santo del pueblo, San Sebastián, no está en una iglesia sino en una casa, se le conoce como Prioste y es la familia protectora de este Santo. Cada año va cambiando de familia y es un gran honor tenerlo, tanto que ya está apartado hasta el año 2050.

Otro personaje muy característico de la Fiesta Grande de Enero es la Chiapaneca. Las Chiapanecas son quienes acompañan a los Parachicos y se distinguen por sus hermosos y muy coloridos vestidos. Las Chiapanecas salen los mismos días que salen los Parachicos, seis veces durante toda la Fiesta Grande.

Estos bellísimos vestidos son bordados totalmente a mano por artesanos locales y debido a que son sumamente elaborados, no son nada baratos, pero es todo un orgullo portar el atuendo de la Chiapaneca, tanto que incluso representa el traje regional del estado de Chiapas. ¡Benditas las manos artesanas!

Las Chiapanecas al igual que los Parachicos esperan con ansias la Fiesta Grande de Enero y su rol no sólo es saber lucir un bello y costoso vestido, también implica saber bailar los sones con los Parachicos, los zapateados y los cambios que dan con los tambores y flautas. ¡Todo un arte!

Nos sorprendió ver a tantos niños y gente joven siendo participe de esta gran celebración. En verdad que nos dio mucho gusto que al contrario de irse perdiendo como otras tradiciones en México, esta fiesta patronal se hace más grande y más fuerte año con año, la gente de verdad la vive y la disfruta.

El Chuntá o en plural los Chuntaes son hombres vestidos de mujer que representan a la servidumbre de la adinerada española María de Angulo. Cuenta la leyenda que durante la conquista los hombres fueron separados de las mujeres, así que se disfrazaban de mujer para visitar a sus familias por las noches.

La salida de los Chuntaes marca el inicio de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, pues cada 8 de enero miles de hombres se visten de mujer y salen a alegrar todas las calles del pueblo. Los Chuntaes son únicos y realmente divertidos, pues además de ir bailando, también van gritando y echando relajo.

Quizás para alguien que no lo ha presenciado es difícil de entender, pero en este pueblo es de lo más normal y algo realmente cultural, los padres visten de Chuntaes a sus hijos varones desde muy pequeños y salen todos en familia. Incluso es muy común que los hombres salgan de Chuntaes y luego de Parachicos.

Probablemente esta tradición es de esas cosas que sólo entiendes hasta que lo vives, durante todo el año son hombres comunes y corrientes, pero durante estos días de la Fiesta Grande se disfrazan y bailan con tanta alegría que hasta te contagian y te dan ganas de unirte a su celebración.

Las Enramas son ofrendas para los Santos que por lo regular llevan frutas y pan. Su origen también es prehispánico y se hacían en agradecimiento por la buena cosecha. Una de las Enramas que más nos gustó fue el de las Tuxtlequitas, quienes también usan su vestimenta tradicional y salen cada 16 de enero.

La visita al panteón es otra tradición muy emotiva. Cada 18 de enero los Parachicos visitan las tumbas de los antiguos Patrones y de sus familiares difuntos, donde les bailan y les cantan. Para nosotros fue muy impactante presenciar el contraste entre sus danzas alegres y la nostalgia del momento.

Uno de eventos más esperados es el Combate Naval, la representación de una batalla entre españoles e indígenas Chiapanecas, por medio de fuegos artificiales sobre el Río Grijalva. Lo que lo hace tan peculiar es que es un espectáculo de más de 30 minutos ininterrumpidos de pura pirotecnia.

Este evento lleno de luces y colores se lleva a cabo cada 21 de enero en punto de las 9:00 pm. Se puede apreciar desde alguna de las casas del malecón, donde rentan sillas para verlo, o a bordo de las lanchas que usualmente hacen el recorrido al Cañón del Sumidero. ¡Hay que llegar temprano!

El penúltimo día de la Fiesta Grande se lleva a cabo el desfile de carros alegóricos, un evento muy alegre y el único día en el cual salen todos los personajes: Parachicos, Chiapanecas, Chuntaes, Tuxtlequitas, etc… Para nosotros fue uno de los días más divertidos porque nos vestimos de Chuntaes y participamos en el desfile.

El último evento es el cambio de Prioste, cada 23 de enero se mueve a San Sebastián de una casa a otra para quedar resguardado todo el año. Los Parachicos salen por última vez y este día es de sentimientos encontrados, pues termina la tan esperada Fiesta Grande de Enero de Chiapa de Corzo.