A pesar de ser un pueblo muy calmado, es sumamente encantador, especialmente por sus calles y fachadas empedradas. Puedes llegar caminando a los sitios de mayor interés como: la casa de la moneda, el jardín Hidalgo, la Parroquia de la Purísima Concepción, la antigua plaza de toros y el cementerio. En la casa de la moneda no te puedes perder un increíble mural huichol bordado a mano.

Por las bastas minas de plata, la zona de Real de Catorce fue uno de los centros mineros más ricos de La Nueva España, sin embargo, una inundación causo el cierre de estas minas y la gente tuvo que abandonar el pueblo en búsqueda de nuevos empleos, convirtiéndose en un pueblo fantasma.

Hoy en día puedes visitar las ruinas de las ex haciendas mineras, donde no queda más que transportarte al pasado e imaginar cómo fue la vida minera en aquella época. Además, desde este cerro se aprecia una increíble vista panorámica de Real de Catorce, en especial durante el atardecer

Puedes llegar caminando por tu propia cuenta o a caballo, te recomendamos que subas a caballo y bajes caminando, ya que la subida está algo pesada, además los guías te explican muy bien la historia del lugar, sólo asegúrate de ir con un guía certificado por la secretaría de turismo.

• Recorrido a caballo: $200 pesos por persona

• Caminado: Gratis, se hacen aprox. 40 minutos de subida y 20 minutos de bajada

El Cerro del Quemado es un centro ceremonial de los Huicholes que significa “donde nace el sol”, pues según sus creencias, en este lugar se originó todo en el mundo. Este cerro se encuentra en Wirikuta, territorio sagrado de esta cultura indígena, también llamada Wixárika.

Año con año, los Huicholes realizan varias peregrinaciones a Wirikuta, culminando siempre en el Cerro del Quemado, donde realizan diversas ceremonias y rituales sagrados con el fin de comunicarse con sus ancestros, cargase de energía y dejar ofrendas para sus dioses.

Durante su trayecto cazan a un venado y atraviesan el desierto para recolectar el Hikuri o Peyote, con el que realizan sus rituales y cuyo efecto inspira el arte de esta etnia. Estas ceremonias son dirigidas por el Marakame o chaman, quien es el guía espiritual de la comunidad y quien tiene el “don de ver”.

Este recorrido es a caballo y es súper interesante. Al llegar al Cerro del Quemado podrás ver el centro ceremonial Huichol, hecho con piedras de la región en forma de espiral, así como diversas ofrendas. Por favor respeta todo lo que encuentres, pues para los Huicholes es algo muy sagrado.

Las Willys son vehículos 4×4 de los años 60’s, que han adaptado para el turismo, además son el medio de transporte local ya que, por la ubicación geográfica de Real de Catorce, es indispensable moverse en vehículos todo terreno, todo es subida o bajada.

Si visitas Real de Catorce, por nada del mundo te pierdas de un divertidísimo paseo a bordo de una Willy y mejor aún, en el techo. Lo que realmente vale la pena es bajar por el empinado camino que lleva a Estación Catorce, donde te llenarás de adrenalina y podrás disfrutar del paisaje.

Willy privada:

• Cuesta de $500 hasta $1,500 pesos por Willy, el precio depende de los lugares que incluya el tour.

• Recomendamos el tour largo que incluye la ex hacienda de Purísima, el desierto y Estación Catorce.

• Caben hasta 10 personas así que te puedes poner de acuerdo con otros viajeros y repartirse el gasto.

Willy colectiva:

• Es una opción más económica, diariamente hay Willys colectivas que viajan de Real de Catorce a Estación Catorce y viceversa, sólo que no hay salidas tan frecuentes.

• Desde Real de Catorce por lo regular salen a las 12:00 del día y cobran $50 pesos por persona.

• Los horarios varían así que te recomendamos informarte bien con los choferes.

Estación Catorce es un pequeño pueblo que se formó con la llegada del ferrocarril durante el Porfiriato. Originalmente era la entrada principal a Real de Catorce, pero hoy en día sólo pasan trenes de carga. También es el pueblo más cercano a Real de Catorce donde hay estación de autobuses.

Realmente no hay mucho que ver en este lugar, pero el puro recorrido a bordo de una Willy justifica llegar hasta Estación Catorce. Ya sea en tour privado o en una Willy colectiva, baja a Estación Catorce sí o sí.  Además, es el paso para llegar al desierto, a donde también vale mucho la pena ir.

La región de Wirikuta está ubicada en gran parte del desierto del altiplano de México. Para la comunidad indígena Wixárika, cada elemento que habita en esta zona es sagrado, por ello esta región forma parte de la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales de la UNESCO.

Hoy en día es una reserva federal de más de 140 mil hectáreas y hábitat de miles de especies endémicas de la región, es decir que son exclusivas de ahí y no se pueden encontrar en ninguna otra parte del mundo, tal es el caso del Hikuri o Peyote, que tarda hasta 30 años en alcanzar su vida adulta.

La extracción y portación del peyote es ilegal para toda persona que no pertenezca a la comunidad Wixárika, únicamente los Huicholes tienen permitido su consumo para sus rituales sagrados, ni si quiera está autorizado su uso para la investigación científica.

Lamentablemente este santuario está siendo amenazado por la explotación turística y la extracción furtiva e ilegal del peyote. Tristemente esta planta sagrada es muy buscada por miles de viajeros que sólo buscan sus poderosos efectos alucinógenos, lo que lo ha llevado a estar en peligro de extinción.

No lo extraigas ni lo cortes, acabar con el peyote significaría destruir una de las etnias más antiguas de México, respetemos a los Huicholes, quienes han conservado sus costumbres y tradiciones a pesar de la modernidad, y que ahora enfrentan una nueva lucha por defender su territorio y patrimonio cultural.